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LA PERMUTA














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LA PERMUTA (1979), un guión concebido originalmente para el cine, pero no filmado en su momento, fue remodelado para la escena por su autor, Juan C. Tabío, en un montaje del Grupo Teatro Político Bertolt Brecht, codirigido por el propio cineasta y el actor Mario Balmaseda, que fue un hecho insólito en el ámbito nacional.
El escenario se transmutó en moviola en la cual el documentalista, en cada función, pudo probar, pulir y modificar el libreto destinado a su primer largometraje: Se permuta (1984).

La permuta. De Juan Carlos Tabío. Dir. Juan Carlos Tabio, Tomas Gutiérrez Alea y Mario Balmaseda.
GRUPO DE TEATRO "POLÍTICO BERTOLD BRECHT" 1980































LAS INCURSIONES DE GUTIÉRREZ-ALEA EN EL TEATRO CUBANO[1]

Nos faltaría precisar con exactitud cuándo es que nace la idea de Se permuta.[5] En sus conversaciones con Silvia Oroz, Titón sugiere que ya existía como argumento antes de filmar La última cena. Dice allí:
Tenía dos comedias sobre la actualidad cubana: una, La permuta, que plantea los problemas de vivienda en La Habana y que después se la pasé a Tabío. Esa búsqueda de una casa de cierto status plantea, indirectamente, la sobrevivencia de rasgos de la ideología burguesa y pequeñoburguesa en la Revolución. La otra comedia está basada en El inspector, de Gogol y continuaba con La muerte de un burócrata.[6]
Cuando finalmente La permuta se estrena en La Habana el 15 de agosto de 1980, con la actuación protagónica de la gran vedette Rosa Fornés, ya las circunstancias sociales eran otras. Titón le escribe a Mirtha Ibarra:
La obra no gustó mucho -parece- entre la gente de teatro que ven en Tabío y en mí una especie de usurpación de tareas o de intrusismo profesional. Creo que debe ser por eso, en parte, pues algunos decían "eso no es teatro", etc, todo lo cual me parece que es debido a una visión muy estrecha de lo que es el teatro. En cambio, a mí -y a otra mucha gente- me parece que la obra es muy ingeniosa y muy teatral y que enriquece tremendamente el arsenal de recursos teatrales.
(...)
Tampoco pienso que agrada mucho a esa capa de funcionarios que se ven ridiculizados en la obra. Con razón.[7]
Para Titón resulta interesante el modo en que va cambiando "la composición del público todos los días", y le deja satisfecho comprobar cómo de un conjunto de espectadores que inicialmente asistían al teatro por ver en escena a la gran diva Rosa Fornés, se pasa a otro mucho más atento a lo que plantea la puesta en sí. También comenta en su misiva que en el periódico Granma había aparecido una crítica que anuncia las polémicas que pueden esperarle a la obra, si bien anota:
El martes, fue Hart con Julio (hasta entonces nos sentíamos sin ningún apoyo oficial, pues no había ido ni siquiera Marcia el día del estreno). Quedaron encantados, y Hart no hacía más que decir que había que desarrollar esa línea de teatro crítico y de sátira. Y Julio también estaba entusiasta por el despliegue de imaginación e ingenio. Tengo ganas de que la veas. En fin... tengo ganas de que vengas.[8]
La obra, como es sabido, conocería más tarde una versión cinematográfica a través de lo que fue el primer largometraje de ficción de Juan Carlos Tabío. Y en cuanto a la puesta teatral Titón alude a ella en una de las escenas de Hasta cierto punto, cuando el personaje interpretado por Mirtha Ibarra le comenta al protagonista masculino que lo que no le gusta de la obra es que la muchacha "lo deje todo y se vaya para la Isla de la Juventud". Los diálogos que a continuación intercambiarán ambos personajes parecieran extraídos del libro de ensayos que, por esos días, Gutiérrez Alea ha presentado mimeografiado en el ICAIC con el título de "Dialéctica del espectador".
Juan Antonio García Borrero

NOTAS

[5] Juan Carlos Tabío ha dicho: "Se permuta, antes de convertirse en guión cinematográfico fue obra teatral de éxito entre los espectadores. La crítica, en general, fue implacable. Después, la obra de teatro se convirtió en guión cinematográfico, y luego en la primera película de ficción (largometraje) de la nueva promoción, la cual, si hubiese tenido voz humana hubiera exclamado con Lope: ... parece que entré con pie derecho.
Originalmente Se permuta se concibió como película, pero la idea no fue aprobada, y la llevé al teatro. Más tarde, cuando se abrió la puerta a un grupo de documentalistas para dirigir ficción, presenté otra vez mi proyecto. Esa vez se aprobó, y por fin Se permuta se convirtió en una película".
Antonio Conte.

La ronda de Juan Carlos Tabío.
Revista Cine Cubano Nro. 126, p 8.

UNA VIA CUBANA PARA EL REALISMO
Por RICARD SALVAT

CRONICA COTIDIANA

«La permuta», de Juan Carlos Tabío sobre una idea de Tomás Gutiérrez Alea, nos planteó uno de los problemas más interesantes de la nueva sociedad revolucionaria, la picaresca que surge al no poder comprar o vender las casas y al tener que permutarse las viviendas en el caso que sus usuarios se pongan de acuerdo. Por lo visto, aunque no está aceptado por el gobierno, en estas transacciones entran en juego fuertes cantidades económicas. El personaje de Gloria podría haber sido una variante cubana de la «Fran Flinz» (1961), de Helmut Baierl, una respuesta irónica al mito brechtiano de la madre. Gloria con tal de casar a su hija está dispuesta a permutar lo que sea y a enredar a quien sea y de la manera que sea. Se establece un juego de picarescas que, de haber encontrado el director el tono adecuado en el «gestus» social y en la manera de actuar de los actores, se hubiera podido conseguir un espléndido espectáculo. Por desgracia el papel protagónico se encargó a una de las glorias de la escena cubana, Rosita Fornés, uno de los nombres míticos, no sólo de Cuba sino también del mundo del music-hall y de la revista de Sudamérica y España. Rosita Fomés se permitió todos los excesos y los directores Juan Carlos Tabio y Mario Balmaseda, dejaron que la actriz se produjera a sus anchas. A nuestro entender esto fue un error porque el personaje exigía, al ser interpretado, que la actriz tuviera una gran capacidad de alienación, de distanciación, de posibilidad de ironizar sobre el personaje presentado. Y así, en vez de un espectáculo crítico, se convirtió en un trabajo al servicio de una estrella llena de posibilidades pero que, en ningún momento, se planteó usarlas en función del papel sino de su propio lucimiento. El espectáculo entusiasmaba al gran público y fue aplaudido a rabiar.

Tomado de
PIPIRIJAINA
Revista de Teatro No. 22
Mayo 1982
Madrid, ESPAÑA

LA PERMUTA

Tratamos de acercar de este modo a la gente. Todo eso llegó a su paroxismo con La permuta, que como sabes era un guión de cine no aprobado y que transformamos en una puesta que llenó el Mella, y donde hubo mucha aplicación de las técnicas de Bertolt Brecht. Y, cuidado, en esa puesta sí utilicé un sistema de estrellas; llamé a Rosa Fornés, que lo es y que, justamente, por serlo, no debía estar inutilizada. Si tuviera que repetirlo, te aseguro que es algo que haría con gusto.

Entrevista a Mario Balmaseda
Revista TABLAS / enero-marzo 1998


¿Pero qué podía hacer si ningún director se arriesgaba a ofrecerme algo cubano? Incluso, hasta el último momento se dudó en darme el estelar en Se permuta, la obra que tanto éxito alcanzó en el teatro y en el cine. Si no me pongo dura, no la hago. Y si obtuve el papel fue porque se escribió especialmente para mí.
»Esta historia se conoce poco. La verdad es que el libreto original lo concibió Jesús Gregorio, un joven escritor muerto, lamentablemente, en la flor de la vida.
Al principio se tituló Lola permuta; más tarde el libreto pasó a manos de Tabío y de Titón, que confeccionaron el guión cinematográfico. Jesús Gregorio, aunque ya lo habían marginado un poco del proyecto, siguió aferrado a la idea inicial de darme el protagónico, y al fin me lo dieron, pero no fue fácil. Enseguida comenzaron los conciliábulos tras bambalinas, los cuestionamientos y las dudas. La comparsa de detractores se puso en marcha...
-Detractores siempre habrá. Es el precio de ser grande.
-Es verdad. ¡Óigame, pero en los tiempos que corren los detractores tienen una fuerza! En definitiva el guión de Tabío fue rechazado, al menos momentáneamente. Ocurrió entonces que el grupo de teatro Bertolt Brecht se interesó por la obra; Mario Balmaseda la acogió con gran entusiasmo y enseguida comenzamos a ensayar. El éxito obtenido por la puesta convenció a todos, y hasta los más escépticos del ICAIC terminaron por aprobar el rodaje.
De cualquier manera, le quitaron a mi personaje más de un veiticinco por ciento en comparación con la puesta teatral, mas, aún así seguía siendo el protagónico. Mario Balmaseda e Isabel Santos desempeñaron papeles importantes también. Con esa película Isabel dejó de ser una promesa y se convirtió en una gran realidad: hoy por hoy es una de las mejores actrices dramáticas de este país.
»Se permuta ha sido una de las películas más taquilleras de la historia del cine cubano. Marcó mi retorno a la pantalla grande luego de dos décadas de olvido, y guardo gratos recuerdos de las filmaciones, de la camaradería y el ambiente sano surgido durante los rodajes en exteriores: en Guanabacoa, en Miramar, en la playa Jibacoa y en un solar de La Habana Vieja. Hacer Se permuta fue una fiesta para el espíritu... ¿verdad, Tony?
Tony Besteni había llegado unos minutos antes y, silencioso, se había sentado en una butaca baja a escuchar el cadencioso discurso de la artista. Al ser interpelado, asiente ligeramente en señal de conformidad, pero no habla, tal vez para no romper el embrujo del recuerdo. Rosa lo mira de frente y aguarda.
Quiere que su amigo opine.
-Nadie sabe tanto de mí como él -dice finalmente-. Debía haber estado junto a nosotros desde el principio.
Tony le agradece el homenaje con una sonrisa. Entonces se anima a intervenir.
-Se permuta demostró que tú podías, Rosa. ¡Qué importa que se demoraran veinte años en llamarte! ¡Aunque se hubiesen demorado cuarenta! Tú público te iba a aclamar de todos modos, porque tú eres Rosita Fornés. Y punto.
Levanta la mano y la deja caer con fuerza en el vacío como si clavara la frase.
Luego agrega:
-Lo que muchos no saben es que tu calidad como artista marcha a la par de tu valor como ser humano, como persona. Recuerdo que una mañana -continúa, mirándome ahora de frente- rodábamos exteriores en Guanabacoa. Los trabajadores de una panadería cercana se habían enterado de que Rosa estaba allí y le habían enviado un cake de regalo. Más que un cake se trataba de un ladrillo con merengue. Pero era un regalo. Y un regalo es un regalo, amigo mío.
»Después del almuerzo Rosa repartió aquella cosa dulce y cada quién se comió su pedazo. Al caer la tarde, al terminar la filmación, cansados de todo un día, casi corrimos para la guagua. Ya habíamos dejado atrás la rotonda de Guanabacoa cuando Rosa se puso de pie y le dijo al chofer que había que regresar. La idea no le cayó bien a nadie porque, en verdad, ya estábamos muy lejos. «¿Olvidaste tu cartera, algún anillo, trajes... algo?», le preguntamos todos. «Sí, olvidamos darles las gracias a los panaderos», dijo, y nos miró desafiante. El chofer habló de la gasolina y las mujeres de sus hijos, pero ella se mantuvo firme y tuvimos que regresar. Entró a la panadería con la mejor de sus sonrisas y repartió besos y abrazos a cuanto trabajador se le puso por delante. ¡Y había que ver la cara de alegría de aquellos negros cubiertos de polvo de harina! ¡Cuánta satisfacción experimentaron al poder saludar a Rosa!
¡Qué importantes y afortunados se sintieron! Esas son las cosas que hacen grande a un artista. Y Rosa, de verdad, es así.
Dicho esto se puso de pie y salió tan silencioso como había entrado. La mirada cariñosa de la dama lo acompañó hasta que su figura se perdió en la inmensidad de la casa. Acto seguido, sin mediar una mínima pausa, se vuelve hacia mí y retoma el hilo de la conversación en el punto exacto donde lo había dejado.
-Puedo afirmar sin pedantería que mi retorno al cine ocurrió por la puerta ancha.

Tomado del libro bigráfico
ROSITA FORNÉS
de Evelio R. Mora
Letras Cubanas
2001