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GRANDES DIVAS CANTAN A LAS DIEGO (2012)














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A Teresita y María Luisa Diego, LAS DIEGO y a Fabio Díaz Vilela nuestro agradecimiento eterno por propiciar el mágico reencuentro de La Fornés con su público de Miami. Un inolvidable espectáculo.

 

Dade County Auditorium
Miami, 10 Nov. 2012
 
 

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Rosita Fornés canta en un teatro de Miami

Por Osvaldo Fructuoso Rodríguez / Café Fuerte

 

Ha sido una larga espera para sus fieles admiradores, pero finalmente la vedette cubana Rosita Fornés cantó en un céntrico teatro de Miami.

 

De manera sorpresiva e inesperada, la Fornés irrumpió en el escenario del Miami-Dade County Auditorium para interpretar "A mi público fiel", una canción especialmente escrita por Las Diego para la ocasión.

 

El público que abarrotó el teatro para la gala Grandes divas cantan a Las Diego no podía imaginarse el colofón de la noche y la escuchó y ovacionó por 25 minutos, puesto de pie.

 

La Fornés entró a escena en el momento de homenajear a legendarias figuras cubanas como Celia Cruz, Olga Guillot, Elena Burke y Marta Pérez. Lo hizo con el glamour, la elegancia y la mágica presencia con que ha deleitado a sus seguidores por más de siete décadas sobre los escenarios, las pantallas de los cines y los inolvidables programas que la acogieron desde los mismos inicios de la televisión.

 

Hora del desagravio

 

"Gracias a ustedes, mi público, que me han mantenido aquí, sin ustedes no sería posible", dijo la cantante en medio de la algarabía del público.

 

Fue finalmente la hora de desagravio en Miami para la célebre artista cubana, luego de años de absurdas cancelaciones y polémicas por su presencia en la ciudad. Aunque la Fornés había cantado aquí en presentaciones privadas y nunca faltó el agasajo y la devoción de sus seguidores, su actuación en una de las plazas emblemáticas de Miami era todavía una asignatura pendiente.

 

Y fue también el anticipo de la celebración en vísperas del cumpleaños 90 de la vedette, nacida en Nueva York el 11 de febrero de 1923.

 

La actuación de la Fornés selló el espectáculo dedicado a Las Diego, Teresita y María Luisa, compositoras y cantantes de sólido arraigo cubano y fecunda trayectoria en Estados Unidos. La gala contó con un desfile de valiosas personalidades de la canción cubana: Annia Linares y su irrepetible voz; Mirtha Medina, pionera en la interpretación de Las Diego; Malena Burke, dueña de un estilo único y un dominio escénico que la hacen cautivar irremediablemente a cuantos la ven; y Ana María Perera, cuya versatilidad la convierten en la cantante de jazz y boleros más notable de la última generación de artistas cubanos en la diáspora.

 

Intercambio cultural

 

Desde La Habana se sumaron al festín de Las Diego Beatriz Márquez, la musicalísima de siempre, y nuevos talentos como Yaima Sáez, con un registro de contraalto -con agudos no propios de su tipo de voz- que hizo levantar a los asistentes a pesar de ser una desconocida para el público local. De Cuba llegaron además Vania Borges, mesosoprano de estilo muy peculiar, y Osdagia Lemuz, una mesosoprano ligera con timbres agudos que recordaban a La Lupe.

 

Al final de primer acto, el cuartelo liderado por Mirtha Medina, Ana María Perera, Yaima Sáez y Vania Borges asombraron por la armonía y el equilibrio musical a capela, acoplando estilos tan disímiles que dejaron al público con un deseo de continuidad.

 

Si de intercambios culturales se trata, Grandes divas cantan a Las Diego resultó una jornada de altas notas y sobradas confirmaciones.

 

La segunda parte de la función agrupó a cantantes internacionales como Dulce de México, con su interpretación de "Heridas" (himno musical de los 70 y 80) y otras composiciones de las homenajeadas; y Falete, de España, artista que siempre consigue atrapar por su magia y peculiarísimo estilo interpretativo.

 

Fueron tres largas horas y media de un muy alargado espectáculo musical que necesitaba de mejor dirección general y diseños de vestuario más adecuados al espíritu de la jornada, algo que el maestro Abraham no consiguió por esta vez.

 

Pero la segunda edición de Grandes divas cantan a Las Diego quedará en la memoria musical de Miami como una noche de gala en la que Rosita Fornés deleitó al público local como la genuina artista que siempre fue.

 































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Una fiesta del arte y la cubanía

 

Por: José Iturriaga

 

 

Tener un cuento a medio terminar, un poco o un mucho, me ha impedido materializar otras ideas. Hacer de escribir un oficio, cambia, para siempre el modo de ver el mundo; sucede algo, alguien hace un comentario y ya pienso en escribir sobre eso.

Anoche, en el teatro, mientras disfrutaba del concierto homenaje a las hermanas Diego, pensaba en escribir algo. No guarde frases ni apuntes, como hago en otras ocasiones; la intensidad de la noche, no lo permitía. No quería perderme un solo detalle de lo que ocurría en escena.

Sabía que Rosita, cerraría el espectáculo con una canción especialmente compuesta para ella por las Diego. Esa fue la razón principal de mi asistencia. Mi admiración por Rosa, me hizo pagar casi cien dólares por una entrada al teatro. Créanme, no me hubiera perdonado perderme ese concierto, valía mucho más que lo que pague por la entrada.

Disfrutar de nuestras cantantes, verlas reunidas todas, fue una fiesta de cubanía, un festejo del buen arte. Una sola Cuba, se reunia en escena anticipando uniones por venir. Annia, Mirtha, compartían escenario y números con Beatriz, Vania y Osdalgia. El arte lograba, lo que la política e intereses no pueden; demostrar que a pesar de años, exilios y consignas, hay una sola Cuba, que solo uniéndose, estrechando sus manos en un solo puño, podrá hacer sueños realidades.

Nuestras cantantes desbordaron el escenario, derroche de talento y arte fue la constante de la noche. Un concierto que se extendió en el tiempo y que ninguno de los presentes queríamos que terminara.

Por suerte, un amigo me recogió en su auto y fuimos juntos. Si hubiera ido solo, me hubiera perdido sin rumbo en las calles de Miami, intentando buscar 23, Línea, la avenida 19. Nuestras artistas, su arte y entrega, me hicieron, una vez mas, confundir lugares y tiempo. El Miami Dade County Auditorium, fue el Mella, el Lorca, nosotros, los de siempre, los mismo soñadores que no se darán nunca por vencidos, tejiendo sueños, inventándose ciudades.

No todo fue perfecto, pero no fui el director y respeto su criterio al escoger los artistas. Unas manchitas no bastan para opacar la luz, el éxito incuestionable de una noche que marco pautas, que hizo historia. Una noche que se agradece, desde el centro de la cubanía y los recuerdos.

La presencia de Rosita, iluminando la noche y el corazón de los muchos que la amamos y admiramos dio el toque perfecto al espectáculo. Cargando con dignidad y belleza sus casi 90 años, su larga carrera, los aplausos de tres generaciones de cubanos, estrenando canciones, paseando un escenario que, una vez mas, se hacia pequeño para su arte. Rosa, obligo al público a aplaudirla de pie y darle una de las más grandes ovaciones en la historia del teatro. Conozco personalmente a Rosita, se de su sencillez y modestia, de su asombro de niña ante muestras de cariño y admiración. La imagino hoy, recostada en el sofá de su casa en Miami, respondiendo felicitaciones, sonriendo y bajando los ojos en gesto de humildad; pero si no hice nada, ¡solo una canción!

El telón cayó, aplaudimos de pie, regresé a casa con ese sabor a disfrute y esperanza que solo el arte, la cubania y los recuerdos pueden darnos. Sentí el deseo de escribir, de compartir la noche con los que me leen y siguen. Me acosté a dormir y al levantarme no tengo otra opción que sentarme y compartir con ustedes esto, mis recuerdos de una noche especial e inolvidable. Una noche, donde ser cubano, fue una vez mas, orgullo y disfrute.

 

Tomado de Habanero 2000

http://habanero2000.wordpress.com

 

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