ROSITA FORNÉS WEB PAGE

DESFILE DE LA ALEGRÍA














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"Desfile de la Alegría", programa semanal de los miércoles a las 9:00 pm., centralizado por La FORNÉS y bajo la dirección de Joaquín M. Condall.

Permaneció por varios años en pantalla contando con la preferencia mayoritaria de la teleaudiencia; por allí "desfiló" todo lo que artísticamente valía en aquella época.
















 

 

Miro el reloj: son exactamente las 9:00 de la noche. Aprieto el botón y ¡allí está!, comienza mi programa favorito. El cuerpo de baile ejecuta la presentación inicial con agradables movimientos. El decorado es bonito en general, aunque no tiene la calidad de antes. El rostro de Rosita Fornés aparece saliendo detrás de las cámaras, y es llevada en brazos de dos bailarines que, con estudiados pasos, la dejan de pie suavemente mientras siguen ejecutando movimientos rítmicos a su alrededor, y en ese instante su bonita voz se deja escuchar cantando el tema, coreado por las voces del grupo de bailarines... ¿Qué hora es? Son las 9:00, es hora de disfrutar de este programa de fantasía, con risas, bailes y canciones. Ya se acercan los artistas. Se acerca el coordinador. Luces... cámaras... ¡Música! Nos dice el locutor: "No se impacienten, que el programa ya empezó". Ahora todos hacen un gracioso giro para quedar nuevamente de frente y gritar: "¡El Desfile de la Alegría!", y comienza Rosita a cantar, y todos los que en aquellos momentos la miramos no apartamos ni un segundo la vista que sigue con deleite sus movimientos, sus gestos, de donde se desprende una personalidad y dominio escénico maravillosos. Su rostro es tomado desde todos los ángulos por las cámaras. Ni un detalle jamás ha sido alterado en su maquillaje (como ocurre tantas veces a otros artistas). No es de una belleza perfecta si se la detalla cuidadosamente, pero su gran personalidad y distinción, así como el excelente dominio de la escena la hacen aparecer excepcionalmente bella. Termina su canción y una verdadera lluvia de aplausos se deja escuchar. Adelanta unos pasos y comienza: "Muy buenas noches, compañeros" (se refiere a los extras que llenan las mesas alrededor de la pista, simulando el salón de un cabaret), y "Muy buenas noches queridos amigos televidentes. Tengo el gusto de estar nuevamente con ustedes, como cada miércoles, para presentarles un verdadero desfile de grandes artistas, tanto en lo lírico como en lo popular". Así comienza, casi invariablemente, salvo las veces en que se sale del libreto para decir algo con simpatía, como cuando anuncia la actuación de un cantante joven, que gusta mucho. "Ahora bajen la luz de la sala, siéntense en el rinconcito más romántico —aquí hace una pausa—, y tómense un vaso de agua, porque no hay otra cosa, para escuchar la voz romántica de..." Las demás figuras que componen el desfile van pasando. Dos nuevas actuaciones más de Rosita, y por último la producción final (más larga de lo normal, para así llenar más tiempo y cubrir el espacio que podía haber sido ocupado por dos o tres figuras más, pero es que están bastante escasas). Y por fin se dejan escuchar las notas del pegajoso tema musical. Rosita se adelanta y se lleva una mano a la mejilla, abriendo levemente sus ojos y su boca, como simulando sorpresa, y pregunta: "¿Qué hora es? ¡Son las diez! Es hora de terminar este programa de fantasías, de risas..." etc. Se retiran los artistas, se aleja el coordinador, todos los artistas que acaban de actuar se toman del brazo y, balanceando sus piernas graciosamente hacia un lado y otro, continúan cantando a coro. Se despide el locutor: "No nos olviden, por favor... y hasta luego, porque el programa terminó".

 

Fragmentos de:

Diario para Uchiram

(Cuba, 1962-1969)

Páginas: 62 - 64

Escrito por Julia Miranda