ROSITA FORNÉS WEB PAGE

ROSITA FORNÉS, es otra ROSITA FORNÉS...














Inicio | Biografía | Cronología | Fotografías | Filmografía | Teatro | Lírico | Discografía | Televisión | Radio | Videos | Cabarets | Flipbooks | Entrevistas y Reseñas | Entre Famosos | En Familia | Agradecimientos | Testimonios | Libros | Cancionero | La Gente Habla | Casa Fornés | Ventas y Sitios de Interés | Libro de Visitantes





 

ROSITA FORNÉS, es otra ROSITA FORNÉS...

 

 

EL PUBLICO LA VE TAL COMO APARECE EN NUESTRA PORTADA, COMO UNA MUJER FRIVOLA, QUE SOLO PIENSA EN SU CARRERA ARTISTICA Y EN LA BELLEZA QUE POSEE, INDIFERENTE A CUANTO NO SEA SU PERSONA

 

 

Por A. O. (¿Ada Oramas?)

 

 

Sólo basta cruzar unas cuantas frases con "Rosita" Fornés para desterrar tal idea y empezar a conocer su carácter sencillo y espontáneo, así como su espíritu pleno de sensibilidad.

En el verde de sus pupilas asoma una mirada límpida, en la que no se aprecian dobleces. Sus ojos son tan expresivos que no necesita de palabras para manifestar lo que siente, que por su carácter extrovertido se aprecia de inmediato.

De "Rosita" puede decirse que su temperamento es suma-mente apasionado, se exalta al defender sus puntos de vista, e irradia satisfacción cuando gana su tesis, lo que siempre ocurre por su facilidad de palabras y su poder de convicción.

Jamás asume "poses de estrella". Se mezcla entre las coristas y bailarinas como una más; sólo cuando sale a escena su arte la coloca en el sitial que le corresponde.

En ella, se antepone la madre a la artista. Por ello ha rechazado innumerables y fabulosos contratos del extranjero por permanecer junto a su adorada "Chiquitina", como le dice cariñosamente a la encantadora Rosa María...

"Rosita" ha sufrido profundamente por este amor que siente por su hija, y supo defender sus derechos de madre ante quien creyó que podría arrebatársela. Ahora aquello pertenece al pasado y es sólo una terrible pesadilla, en la que no haremos hincapié: es demasiado hermoso el presente, así como debe serlo el futuro, para enturbiarlo con recuerdos...

Cuando marchó hacia España pensó que a los pocos meses podría mandar a buscar la niña y, por un error en la certificación de nacimiento de la pequeña, no pudieron sus familiares obtener el pasaporte. Al recibir la carta en que le comunicaban que su hija no podía reunírsele, una desesperación, incontrolable la hizo abandonarlo todo; y regresó a Cuba cuando su triunfo era apoteósico en Madrid, cuando recibía ofertas fabulosas para recorrer España. Los empresarios creyeron que estaba loca, ella sólo sabía que era MADRE...

A veces, durante los ensayos, se aleja de sus compañeros y se sienta sola en un rincón del estudio. Su rostro luce ausente, inundado de tristeza. Es que piensa que allá, en el otro extremo de la ciudad, la esperan impacientes unos brazos infantiles que al llegar a la casa rodearán su cuello y unos ojos inocentes que en mudo reproche interrogarán: "¿Por qué tardaste tanto...?"

Los domingos, cuando no protagoniza "La Comedia", se dedica por entero a su hogar. Disfruta de esas horas con fruición, como si no quisiera que transcurriesen, temiendo que escapen esos instantes en que es solo madre y esposa, no la estrella que ha de vivir pendiente del aplauso del público, de su arte y de su físico...

La niña absorbe sus ratos libres, y es por eso que no posee aficiones como otros artistas. "¿Qué más afición podría tener que mi hija y mi casa? ¿No es acaso suficiente...?" Y la pregunta queda suspendida en sus labios en espera de una respuesta afirmativa, que no sería posible negarle.

No es sólo en Rosa María en quien vuelca su amor maternal, también prodiga su inefable ternura en Tania, la hija de Armando, su esposo, con la que se ha compenetrado en forma admirable. No existe diferencia en su forma de manifestarse con ambas niñas, y ello es una prueba más de su exquisita sensibilidad.

Cuando habla de su hija su rostro se transfigura, deja de ser mujer y artista para convertirse en madre. Narra sonriente las inocentes travesuras y los progresos escolares. Resulta fácil saber si la niña está enferma, por la expresión de profunda preocupación que se refleja en su semblante; su poder de concentración en el trabajo no es tan absoluto como de costumbre; es que "Rosita" no logra alejar de su mente la imagen de la pequeña acostada en su cama, aunque sólo se trate de enfermedades comunes en los niños...

Sabe imponer respeto a Rosa María cuando es necesario; le obliga a realizar sus deberes escolares y no le admite excusa alguna para no realizarlos. A su dulzura acostumbrada sucede una actitud enérgica, indispensable para la correcta educación de un niño.

Según sus propias palabras la maternidad le proporcionó madurez, le hizo conocer sentimientos indefinibles desconocidos hasta entonces, despertó sus fibras más sensibles, y la convirtió en toda una mujer.

Así es "Rosita" Fornés, despojada del glamour que la caracteriza en escena o ante las cámaras: una mujer admirable en su hogar.  

 

 

Tomado de una

Revista ROMANCES, La Habana, CUBA

Mayo 1961