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Rosita Fornés:
Una Rosa perenne
Por ADA ORAMAS
A sus setenta años de vida profesional, Rosa Fornés sigue siendo una mujer majestuosa, una
actriz completa.
Si alguien pregunta en Cuba quién es Rosalía Palet Bonavia, muy pocos brindarían una respuesta afirmativa.
Pero al pronunciar el nombre de Rosita Fornés, varias generaciones reconocerían los méritos de quien ha sido acreedora de
varios premios nacionales. Caso único en el país, pues ella ostenta los de Teatro, Música, Radio y Televisión; entre otros
muchos galardones recibidos en México, España, Estados Unidos y en los países de Europa Oriental, donde ha sido altamente
valorada.
Una carrera donde ha brillado en su multiplicidad de facetas, como soprano lírica, cancionera, primera actriz
en drama y comedia e, incluso, presentadora. Es considerada como la primera vedette de Cuba y ha desplegado una labor intensa
en la televisión cubana, en la escena de teatros y cabaret, en el cine cubano, mexicano y puertorriqueño.
Nacida el
11 de febrero de 1923; su debut artístico llegó el 12 de septiembre de 1938 en un programa competitivo denominado La Corte
Suprema del Arte, con dirección y animación de José Antonio Alonso, donde cautivó al público por su arte y carisma. Un primer
premio fue el colofón a aquella noche, en que tanto temía escuchar "la campana fatal", como la califica al cabo del tiempo,
que hubiera frustrado el inicio de sus anhelos.
Rosita posee una fuerza de voluntad envidiable, que le impele a continuar
adelante, presentándose en los escenarios de todo el país, mereciendo interminables ovaciones. Así lo demostró recientemente,
en el homenaje a la soprano María Eugenia Barrios, ofrecido en el teatro Amadeo Roldán; y en la presentación del DVD Una rosa
con glamour, en el salón Cetros del Hotel Meliá Cohiba, que marcó el inicio de la jornada por su septuagésimo aniversario.
CADA
DIA MÁS CUBANA…
— ¿Cómo evocas el inicio de tu carrera?
—Me parece mentira estar cumpliendo
70 años de vida artística. Comencé muy jovencita, porque apenas había cumplido los quince años cuando debuté en La Corte Suprema
del Arte. A partir de aquel momento empecé a estudiar canto, música y actuación. En esta última disciplina tuve una maestra
excelente, Enriqueta Sierra, una actriz muy famosa que daba clases a jóvenes figuras como Raquel Revuelta. Enriqueta me enseñó
mucho en el aspecto interpretativo, para poder cultivar el género teatral, no solo como un complemento del canto".
—
¿Pudieras resumir, a grandes rasgos, tu vida artística?
—Ha transcurrido el tiempo y siempre he trabajado con
la pasión que me inspira entregarme al público No he parado de actuar desde que empecé y eso me ha ayudado mucho, porque la
confrontación, ya sea directa en la escena o a través de una pantalla, hace al artista.
"Es imprescindible sentirse
observado, analizado para crecerse y desarrollarse. Porque el público tiene que ver al artista, apreciar todo lo que es capaz
de hacer, de entregar en cada presentación. Soy mi más severa crítica y nunca estoy satisfecha a plenitud de cada una de mis
presentaciones".
— ¿Te arrepientes de no haber hecho determinada obra o haber renunciado a alguna oportunidad?
—En
cuanto a la cantidad y diversidad de mis actuaciones, puedo decirte que hice cuanto pude, a lo largo de tanto tiempo. En cada
género que abordé, tuve la oportunidad de haber abarcado lo esencial.
"En el lírico tengo un repertorio muy amplio.
He protagonizado operetas y zarzuelas, algunas de las cuales no se han presentado aquí desde hace mucho tiempo. También, en
la alta comedia he protagonizado infinidad de piezas, en varias temporadas de esa expresión teatral. Además, he estado en
la cuerda dramática, bajo directores muy talentosos como Mario Martínez Casado.
"De esta última manifestación, recuerdo
muchísimo Confesión en el barrio chino, de Nicolás Dorr, bajo la dirección de su hermano Nelson. Una obra que tuvo una gran
significación para mí, no solo por el apoyo que me brindaron el público y la crítica, sino porque sentí que exploraba una
tesitura diferente en el arte dramático.
"Retomando tu pregunta… No me arrepiento de lo hecho, pero existen obras
que me hubiera gustado interpretar, tanto entre los llamados clásicos del teatro contemporáneo como de las cubanas. Aunque
en el lírico me di el gusto de protagonizar a Cecilia Valdés".
— ¿Y en cuanto a las pantallas chica y grande?
—La
mayor parte de mi carrera transcurrió en los estudios de la televisión cubana, donde tuve programas fijos, tanto humorísticos
como musicales: Mi esposo favorito y Cita con Rosita, por tan solo citar los dos que más gratos recuerdos me traen. Pero también
protagonicé muchos títulos en La Comedia del Domingo y en Teatro.
"El cine me ha proporcionado posibilidades muy grandes.
Filmé películas mexicanas y cubano-mexicanas con Cantinflas y Tin Tan, por ejemplo. En Cuba, he hecho varios largometrajes
con el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica, pero Se permuta fue algo especial, muy especial para mí".
—
¿Cómo valoras tus experiencias en escenarios internacionales?
—Nunca olvidaré al público mexicano, que me llamó
su novia y donde recibí estímulos de toda índole, que aun perduran en mis recuerdos. También en España, en los países socialistas
y en Estados Unidos, he actuado en importantes escenarios y he recibido muestras de admiración que valoro enormemente.
"Me
siento realizada y satisfecha de una carrera que ha significado una parte muy importante para mí. Como la vida familiar, que
tanto disfruto, aquí en Cuba, mi patria, pues me siento cada día más cubana. Me siento muy feliz de celebrar aquí mis 70 años
de vida artística como parte de este pueblo al que le debo cuanto soy, porque me ha proporcionado las alegrías y emociones
más intensas, con esos aplausos que me llegan al corazón".
Entrevista a Rosita Fornés
por su 70 años de vida artística
Tomado de
Cubaenlace
2008
http://www.cubaenlace.com/showthread.php?t=602
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